¿Cómo nos manejamos en casa después del alta hospitalaria tras un ictus si nuestro familiar necesita mucha ayuda? (Parte 1)
Después de un ictus se pueden producir alteraciones cognitivas (mentales), de la movilidad y del estado de ánimo que combinadas, pueden dar lugar a comportamientos difíciles de entender para una persona que no sea un profesional sanitario especializado. Además, la falta de comprensión de la naturaleza de estas conductas puede dificultar tanto la comunicación entre familiares y paciente como el manejo de la persona afectada y el bienestar familiar.
A lo largo de mi trayectoria en rehabilitación domiciliaria he observado que muchos de nuestros pacientes y/o sus familias se sienten a menudo desamparados o faltos de información sobre algunas de estas cuestiones una vez llegan a casa tras el alta hospitalaria.
A continuación os detallo diferentes situaciones y os doy algunas de las explicaciones posibles de cada una de ellas, espero que os sirva!
¡Aquí vamos!
Le digo a mi familiar que me ayude para moverlo y no colabora…
Debido a la lesión cerebral puede ser que la persona:
- No haya entendido lo que le has dicho y no sea capaz de comprenderlo aunque se lo repitas.
- Lo ha entendido, pero no sabe cómo hacerlo aunque quiera hacerlo.
- Sólo necesita más tiempo de lo normal para poder ayudarte.
- Existen alteraciones emocionales como la apatía o la falta de iniciativa que también están relacionadas con las diferentes lesiones.
¿Por qué mi familiar en vez de ayudarme hace lo contrario cuando quiero moverlo desde la cama a la silla (por ejemplo)?
En algunas lesiones y sobre todo en los primeros meses después del ictus, puede aparecer un síndrome llamado “Síndrome del empujador”:
- El paciente empuja con el lado “sano” hacia el lado sin fuerza, sin ser consciente de esto, con lo cual, si está sentado o de pie puede caer fácilmente.
- Al ser la persona inconsciente de este síndrome, no es capaz de corregirlo por sí sólo, incluso irá en contra nuestra si a la fuerza intentamos corregirlo o moverlo en dirección contraria a ese “empuje”.
Él/ella no mira hacia mí cuando le hablo
Puede que la persona no sea consciente desde dónde le estás hablando o que le suponga mucho esfuerzo mirar y prestar atención hacia un determinado lado del espacio. Incluso que no sea capaz de prestar atención durante una conversación, si mientras, hay varios ruidos a la vez, por ejemplo: cuando hay visitas, cuando está el televisor encendido, etc. El hecho de que le pidamos que nos mire, no implica que pueda hacerlo, ya que esto también es un síntoma neurológico después de la lesión.
Mi familiar se muestra muy insistente con “lo de ir al baño”
Es frecuente que al menos en los primeros meses después de la lesión las personas tengan alteraciones del sistema digestivo como estreñimiento o incontinencia. Pero además, puede haber síntomas cognitivos-psiquiátricos que promuevan la aparición de comportamientos que no se justifican por un razonamiento lógico y que pueden deberse a la lesión (por ej.: “una obsesión” por ir al baño muchas veces al día aunque “no hagan nada cada vez”).
Mi familiar no es consciente de lo que no puede hacer
Al principio muchas personas no sólo no entienden lo que ha pasado, tampoco son conscientes de sus síntomas, por ejemplo: no son conscientes que si se levantan teniendo una mitad del cuerpo completamente paralizado, caen. Esto pasa incluso aunque se lo expliquemos una y otra vez. No lo hacen a propósito, simplemente, debido a la lesión no son capaces de asimilar nuestras explicaciones y poder evitar voluntariamente esa conducta.
Mi familiar está agresivo-irritable, su carácter empeorado o descontrolado
Las lesiones cerebrales pueden producir una desinhibición en el control del comportamiento social, por eso, puede que haya características de su carácter que estén aumentadas o exageradas y la persona no es consciente de eso o no logra controlarlas aunque quiera.
Mi familiar no duerme por las noches
Las alteraciones del sueño y la agitación durante la noche pueden ser frecuentes durante los primeros meses después del ictus, aunque en muchos casos suelen ir disminuyendo con el tiempo. A su vez, el ritmo de actividad alterado después del ictus (no es posible que la persona realice sus tareas habituales) modifica el ciclo del sueño haciendo que nuestro familiar duerma demasiado durante el día y tienda a estar más despierto por la noche.
A mi familiar le duele el brazo
Muchas veces, la combinación de la falta de movimiento con las alteraciones cognitivas y de la sensibilidad, produce que el paciente tienda a “olvidarse” de su brazo, con lo cual, éste suele: caer de golpe contra un reposabrazos, quedarse atrapado entre la rueda de las silla de ruedas, quedarse aplastado o retorcido después de los giros en la cama… todos estos comportamientos pueden causar daño en los tejidos y producir dolor.
En los Blogs siguientes os daré ideas para manejar algunas de estas cuestiones y también os iré explicando con mayor profundidad algunos de los síntomas!
¡Nos vemos en nuestro “Grupo de Apoyo Essence”!
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Con cariño,
Martu
Nota importante: la sintomatología que explico arriba, es estudiada y tratada por diferentes especialistas (neuropsicólogos, psiquiatras, neurólogos y fisioterapeutas, entre otros). Este blog es de carácter informativo a nivel general y en ningún caso pretende sustituir la actividad profesional de los facultativos especialistas en cada área implicada. Ante la duda, debéis consultar cada uno vuestro caso con vuestro profesional de referencia.
Referencias bibliográficas
- Rodríguez García PL, Rodríguez García D. 2015. Diagnóstico del deterioro cognitivo vascular y sus principales categorías. Neurol 30:223-239.
- Karnath HO, Broetz D. 2003. Understanding and treating pusher syndrome. Phys Ther 83:1119-1125.
- Li K, MalhotrA P. 2015. Spatial Neglect. Pract Neurol 15:333-339.